Las interjecciones son las
palabras que expresan sensación, sentimiento o impresión súbita como por
ejemplo a punto de caer gritas ¡ay no! También sirven para referirnos a nuestro
interlocutor como por ejemplo: Hola y ¡oye! Las interjecciones forman parte de
lo que llamamos partes del discurso. El sentido de la interjección puede
conocerse por medio de la entonación, los gestos y la actitud en general de
quien la dice.
Las interjecciones son especiales en cuanto a su clasificación. Son una clase gramatical al igual que el verbo, adjetivo, pronombres etc.
Dentro de la categoría lexical,
las palabras tienen un sentido semántico y aceptan nuevas palabras. Por ejemplo
está el adjetivo fácil del que se
forma el adverbio fácilmente. Los
elementos gramaticales no reciben nuevas palabras a menos que sea por un
proceso llamado gramaticalización que lleva las palabras de la clase lexical y
las convierte en partículas gramaticales, pero este proceso lleva mucho tiempo.
Bueno y esto ¿qué tiene que ver con las interjecciones? Las interjecciones no
pertenecen a ninguna de estas clases podemos decir que tienen una clasificación
híbrida. Las interjecciones son invariables (no cambian de forma) e
independientes (no necesitan de nada más para tener sentido).
Las interjecciones transmiten
emociones más que una información semántica. Permiten vocalizar nuestro
sentimientos y emociones como la sorpresa ¡ay
Dios!, alegría ¡yei!, molestia ¡Demonios! Es por esto que al escrito se
escriben muchas veces con signos de exclamación para dar énfasis al
sentimiento. Las interjecciones son meramente orales así que es difícil
escribirlas y transmitir su sentido. Una nueva forma de transmitir al escrito
lo que hacen las interjecciones al oral es por medio de los “smilies” o
emoticones lo que le da otro tono a nuestros escritos.
Dentro de la categoría de
interjección se encuentran los insultos (creo que no tengo que poner ejemplos),
las fórmulas de cortesía (salud, hola, adiós, etc.) y las onomatopeyas son
palabras que describen el sonido de algo que no explicamos como por ejemplo ¡zas! Existen las interjecciones propias
e impropias. Las propias son los ruidos súbitos emitidos cuando estamos
asustados, enojados, sorprendidos etc. Las impropias son las palabras tomadas
de otras clases gramaticales, casi siempre de los sustantivos como ¡Diablos!, ¡mi*rda!, ¡changos!, ¡rayos! En
las impropias existe un acervo enorme de expresiones idiomáticas como por
ejemplo: ¡me ca*o en la ostia!, ¡qué la canción! ¡maldito!, ¡por el amor de Dios!
Todo esto transmite un mensaje emotivo o emocional por lo que no se deben tomar
literalmente. Las interjecciones de esta categoría son difíciles de entender
porque tienen dos significados por ejemplo:
¡Rayos! Interjección que probablemente emite la desgracia
repentina.
Rayos: chispa eléctrica de gran intensidad producida por
descarga entre dos nubes o entre una
nube y la tierra (DRAE)
Fuentes consultadas
Ávila,
F. (2007). Español correcto para dummies. Bogotá: Editorial Norma.
Romain [Linguisticae]. (2016, marzo). La science de l’insulte: l’interjection -
MLTP#10 [Archivo de video]. https://www.youtube.com/watch?v=b__5Km-u9XQ&spfreload=5
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